Este tipo podría ser yo mismo el lunes pasado |
“Algo habremos hecho mal”, “cuando el río suena agua lleva” y otras frases por el estilo se pueden oír estos días en algunos corrillos de Guadalajara, obviamente referidas al asunto de la ampliación de capital del Dépor. Quiero dejar clara una cosa de antemano. Si tuviese que elegir compañía como naúfrago en una isla desierta no elegiría a Germán Retuerta, pero tampoco a ninguno de los presidentes de clubes de fútbol de liga Adelante. Tampoco de la liga BBVA. Por motivos obvios, tanto sexuales como de la confianza que me inspiran. En este listado podría incluir también a banqueros, por ejemplo. Pero no es cuestión de relatarla entera.
Ahora bien, que una cosa huela no quiere decir que apeste. Hay una segunda corriente de opinión, con la que indudablemente me quedo, que apunta a que el Dépor está siendo objeto de una excesiva ofensiva por parte de la Liga de Fútbol Profesional, LFP, presidida por José Luis Astiazarán, un hombre que agota sus últimas horas al frente de este oscuro y discutido organismo que gestiona el ático dúplex del fútbol en España, coloquialmente conocido como la 1ª y la 2ª división, mientras emerge su sucesor: Javier Tebas.