jueves, 15 de diciembre de 2011

Vigilar al vigilante

Pues engaña este hombre con el traje negro puesto, ya ves

Dijo Terrazas el otro día después del partido contra el Murcia que después de 35 años en el fútbol ha perdido el plugin del enfado. Lo dijo sereno, segundos después de que le preguntaran si los cambios introducidos en la segunda parte no habían descompuesto al equipo. Al margen de la mala formulación de la pregunta, a la que contestó irónicamente diciendo que cabía la posibilidad de que él fuera un pésimo entrenador, su reacción trajo consigo sucesivas preguntas, quizá corporativistas, que desembocaron en otra de sus sentencias para guardar. El entrenador zanjó diciendo que igual ha llegado la hora de "vigilar al vigilante", que se cree en su derecho de devolver ciertas críticas recibidas a modo de boomerang. Su mensaje iba dirigido a los "conspicuos analistas", se supone que a aquellos que no daban un duro por el Dépor al inicio de la temporada. Así, en general.

Cabe insistir que la secuencia se inicia con una pregunta sobre la oportunidad de los cambios a la que posiblemente uno deba responder con un lacónico "no, no lo creo" y dejar que el agua corra, contando hasta cinco antes de decir lo que realmente piensas. Repito que algunas preguntas sobran porque la respuesta es tan obvia que no merece la pena hacerla en voz alta. La cuestión aquí es que Terrazas ha acumulado durante las últimas semanas cierto resquemor que el entrenador no acaba de enfocar hacia nadie en particular, lo que tiene un tanto descolocada a la prensa de Guadalajara: hay quien se da por aludido indebidamente y quien se considera ajeno al pique pudiendo ser su causa.

Aunque Terrazas esté en su derecho de ponerse el disfraz de segurata y vigilar en turnos de día y noche con perros adiestrados y cámaras de seguridad, creo que le convendría ser más específico con lo que le molesta y con quién le molesta. Más que nada porque cabe dentro de lo probable que a algún "conspicuo analista" le dé lo mismo su vigilancia y hasta que ni siquiera repare en ella. Sin embargo, su relación con los informadores se está deteriorando por generalizar en lugar de aclarar al sujeto, o sujetos, que se hayan podido hacer acreedores de su marcaje especial.

En mi opinión, la vigilancia mutua tiene sus riesgos porque acaba siendo una espiral infinita. ¿Ejemplo? El Dioni, a quién le fue encomendada la custodia de un dinero que acabó transportando a Brasil para su uso y disfrute. Claro está que El Dioni hubiese merecido que se le investigase pero ¿Quién garantiza que su vigilante no hubiese volado con el dinero una vez que el primer vigilante, autor material de la apropiación indebida de las sacas, lo había robado? Nadie.

Para este modesto vigilante del vigilante de los vigilantes, a quien, en su calidad de entrenador del equipo de nuestros amores, naturalmente tenemos sometido a vigilancia continua, la única vigilancia digna del precioso tiempo que se emplea en vigilar es la de Pamela Anderson vigilando las playas de California con su ceñido bañador rojo. En cuanto al resto, es más recomendable encarar al susodicho, al conspicuo analista, en privado y decirle: "eh, que te tengo vigilado". Y ya está. De lo contrario, todas esas vigilancias recíprocas acaban convirtiendo la convivencia en un sindiós porque nadie sabe quién vigila a quién. Paranoia extrema, vamos, como en "1984", "Brazil" o "Minority report". Un sinvivir, chico. No sé si me explico.

1 comentario:

  1. La verdad es que tiene tela la preguntita a Terrazas en un partido como el del otro día. Son ganas de tocar las narices y de provocar la reacción del mister. Vamos, de buscarle las vueltas. Si no recuerdo mal los cambios son hombre por hombre y con el partido muy avanzado. Uno de ellos incluso tras la expulsión de javi Barral. Por eso creo que es evidente que quien hace la pregunta no responde a la motivación deportiva o al análisis técnico, sino a las ganas de provocar a Terrazas. Desconozco si se trata de zanjar alguna rencilla pendiente o simplemente de tenacismo periodístico. El caso es que siempre hay quien carroñea porque es como se siente a gusto. ¿Qué sucederá cuándo las cosas se tuerzan en lo deportivo? No quiero ni pensarlo. Lo cierto es que Terrazas es un enorme entrenador y eso es indiscutible, como también lo es su sapiencia futbolística que está fuera de toda duda. Eso no quita para que se equivoque, como todo hijo de vecino y que cuando lo haga se pueda poner de manifiesto, siempre y cuando se haga para ayudar al Club y no para satisfacer egos o saldar cuentas. Eso no es periodismo, es otra cosa.

    ¡¡¡AÚPA DPOR SIEMPRE!!!

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