jueves, 20 de enero de 2011

Soltando lastre

Podría ser, sólo podría ser, que Míchel empiece el mes de febrero jugando en otro equipo. Y Cuesta también. Las últimas convocatorias contra el Cerro Reyes y el Cacereño ya no dejan lugar a dudas sobre las expectativas de ambos. Terrazas completaba la lista con chavales del filial prescindiendo de los servicios de ambos jugadores.

Hasta los dos partidos de la segunda vuelta podía caber la duda de si estaban echando un doble pulso, pero de breve duración, a Faemino por alguna cuestión relacionada con su rendimiento en los entrenamientos o en los partidos. Ahora queda claro que Terrazas les suspende en ese rendimiento porque ha preferido rellenar el banquillo que convocarlos y porque en los dos partidos ha realizado un único cambio a pesar de no haber ganado ninguno de los dos, lo que nos indica que no tiene grandes esperanzas depositadas en los jugadores que han completado las convocatorias en detrimento de Míchel y Cuesta.


A los entrenadores con personalidad no les gusta que los futbolistas impongan su propio nivel de esfuerzo, sino que entreguen la dosis exacta o mayor de lo que se les pide. Aunque un jugador siempre tiende a decir que se deja la piel en cada entrenamiento, es el entrenador el que pone el listón y el que tiene que valorar si el esfuerzo merece la pena en la relación calidad-precio del futbolista.

Por esa razón no se puede medir igual a un jugador que cobra un millón de euros que a otro que cobra 6 (hablo de fútbol de elite). Al último se le pide que se entregue y que desequilibre, ambas cosas pero sobre todo que desequilibre porque es su función. Del que menos cobra, se espera que sea aseado en su puesto, que no cante, que desarrolle una misión específica, que no chirríe en la táctica del equipo, no que haga monerías útiles, sino que cumpla con lo que se le encomienda.

Ahora mismo, el Dépor se encuentra en la encrucijada de tener quizá que prescindir de dos jugadores que, en condiciones normales, deben marcar diferencias, conseguir puntos vitales porque rompen los partidos cuando dan lo que tienen. Si me preguntasen si Míchel ha conseguido esto en el tiempo que lleva diría que no. Si me lo preguntan de Cuesta diría que a ratos y menos aún cuanto más tiempo pasa, aunque también es justo reconocer que ambos han dispuesto de oportunidades muy intermitentes, tanto con Liñero como con Terrazas.

Tal y como están las cosas diría que lo deseable sería que salieran los dos del club porque si se quedan seguiré teniendo dudas de si la confianza mutua entre Terrazas y ellos se ha renovado o quedan pedrolos como elefantes en el zapato. Puede que eso no se note en febrero o en marzo pero a medida que alcancemos el momento cumbre de la temporada (abril y mayo) se notará y puede que volvamos a las andadas de verlos en la grada sentaditos mientras los Badía u Oinatz asumen la responsabilidad de meternos o no en el play off (o de librarnos de la promoción de descenso si las cosas se tuercen).

Por otra parte está la cuestión económica. Si Míchel y Cuesta se marchan lo deseable es que el club cobre traspaso porque ambos tienen contrato en vigor (Míchel por dos temporadas) y porque las cosas no están para tirar cohetes. No se trata únicamente de aligerar peso de la nómina para no pasar apuros por deudas acumuladas sumadas a los previsiblemente altos salarios de los dos, sino de ingresar dinero fresco para liquidar lo que se deba, que se retiren las denuncias que pesan sobre el Dépor en la AFE y poder completar una plantilla a todas luces corta si queremos terminar la temporada sin pasar apuros, diga lo que diga nuestro entrenador.

¿Qué pasará? El domingo en Cuenca tendremos alguna pista más. Aunque la baja de Antonio Moreno la cubrirá en principio Cerrudo como ya sucedió hace poco y Soria podrá jugar tras la retirada de la absurda tarjeta amarilla que vio el domingo, el partido nos permitirá ver si la herida ha dejado de sangrar porque el mero hecho de que uno o los dos estén convocados ya arrojaría algo de luz sobre el asunto. Si no lo están seguiré creyendo que están en venta en las rebajas de enero aunque Celes no acabe de confirmarlo.

Otra historia es determinar si ellos desean salir de verdad. Y más complejo aún saber la/s causa/s real/es: porque no encajan en el sistema de Terrazas, porque no asumen que puedan ser suplentes, porque no están dispuestos a ser físicamente exprimidos como el resto de la "tropa", porque no se fían de la situación financiera, porque han tenido ofertas con más billetitos...

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