miércoles, 9 de febrero de 2011

Parecidos razonables: hoy Ernesto

Ernesto corre como los saltadores de longitud. Talonando. Parece que flota sobre el césped como Cristo cuando caminaba sobre las aguas. El año pasado él y sus compadres del Alcorcón se zamparon al Real Madrid en la Copa del Rey con un 4-0 en Santo Domingo que ahí quedó, para las enciclopedias futboleras, para la historia negra de la Casa Blanca.

Después, les eliminó el Racing de Santander en octavos de final. Se acabó el sueño pero la gesta permanecerá siempre. Ernesto Gómez hizo el tercer gol de aquel histórico partido que escribió casi todas las letras de la palabra "despido" en el contrato de Pelegrini. Luego, y mira que corre, no llegó a coger el tren del ascenso con el Alcorcón de Anquela y se vino al Escartín a trotar. Al teclear "Alcorconazo" en google aparecen 72.000 referencias, un dato que certifica la grandeza de la gesta en la estuvo nuestro extremo zurdo, un ave zancuda voladora criada en la enorme laguna de la misma cantera blanca a la que ridiculizó el 27 de octubre de 2009.

Salimos de la cárcel, metemos la primera,
en el loro Deep Purple, chirrían las cuatro ruedas.
Vamos marcando el paso. Vamos rompiendo el hielo.
No hacemos ni puto caso de las señales del cielo.

Al igual que su clon, David, el alto de los hermanos Muñoz de "Estopa", el rumboso Ernesto se cuela si hace falta por la raja de una falda aprovechando que los laterales derechos no juegan con sotana. De vez en cuando "acelera un poco más porque me quedo tonto y vamos muy lentos", aunque, eso sí, no le pidas que se "parta la camisa como Camarón" porque lo suyo no es chocar, empujar o romperse la boca en un salto contra cualquier armario abierto.

Ernesto es un galgo de carreras, un trotabandas, un pasador de lujo a ráfagas que siempre se queda corto en los córners, por ponerle defectos para que no se lleven a Segunda a este pataslargas que circula por la vía del AVE pero dando curvas. De vez en cuando le inyecta veneno al balón, pero lo suyo es correr deprisa como en esas rumbas de Estopa que van subiendo el tempo hasta que se deja de entender la letra. Y te canta aquello de...

Y a veces te espero en el bar de la esquina
con la mirada fija en tu portería.


... o eso otro de...

Me puse un pantaloncito estrecho
la camiseta de los conciertos
vamos josele tira "p'al" coche
porque esta noche nos la comemos.

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