martes, 15 de febrero de 2011

Loco fútbol

La victoria del Dépor ante el Leganés por 1-0 ha sido la estocada de muerte para el entrenador pepinero, Angel Muñoz, quien cumplió su cuarto partido al frente del banquillo blanquiazul en el Escartín. Curiosamente, en la primera vuelta, Liñero cayó tras el partido de Butarque en circunstancias muy parecidas a las de Muñoz, que dejó en el banquillo a Arruabarrena y Johnathan Valle este domingo al igual que el vasco venía resistiéndose a emplear a Antonio Moreno, Cuesta y Quesada. Liñero reaccionó tibiamente en aquel partido y metió a Cuesta de falso delantero y a Antonio Moreno de lateral con Cerrudo de interior derecho y sin Juanjo ni Ernesto, un dibujo parvulario que no sirvió para ganar el partido contra nueve jugadores a pesar de que estos dos últimos entraron en la segunda parte. La "genialidad" le costó el puesto, al que se sujetaba con un hilo debido al mal juego y los malos resultados.

Hay veces que los entrenadores hacen bobadas como doblones y luego se sorprenden de que no den frutos. Sin ánimo de meterme a arar el huerto ajeno, la primera tontada la hizo el Leganés al despedir a Rivera cuando el equipo iba segundo tras haber empatado en Cáceres y después en Butarque contra el Conquense. Rivera lo dejó segundo al acecho del Lugo y con buen colchón sobre los perseguidores. Ahora es sexto a cuatro puntos del cuarto y con el motor otra vez frío.

Esta semana también ha caído Camacho en el Osasuna, un equipo que está a un solo punto de la salvación matemática cuando quedan 15 partidos por jugar. Camacho llegó a Pamplona en la temporada 2008-2009 con el equipo hundido y lo salvó del descenso hasta hoy. Ahora lo despiden por un punto y dos jornadas después de que hubiera conseguido lo que nadie (salvo el extraterrestre Barça), ganar al Real Madrid. En verdad que hay veces que los clubes se ganan su suerte a pulso por ceder a la presión de cuatro cabreados de pañuelo fácil.

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