miércoles, 27 de abril de 2011

Terrazas: "me gustan los futbolistas de toque, como Gattuso"


Nos recibe en su casa con un batín oscuro de cachemir puesto, tocando un gigantesco órgano lleno de tubarros que apuntan al cielo y un gran danés de color gris tumbado a sus pies, entre un bosque de candelabros con cirios a medio derretir que coloca en función de su altura al final de la entrevista, mientras asegura no entender por qué tiene fama de maniático del orden. En un reloj de Carrillón del tamaño de una cabina telefónica londinense suenan las 12 de la mañana. Su mayordomo japonés, Sato, le trae un te y se marcha haciéndole reverencias sin perderle la cara. Cuando nos ve pasar, Terrazas levanta una ceja con gesto despreciativo y para de tocar, aunque las teclas continúan hundiéndose y el órgano sigue sonando. Le indica al becario de Dporvida que tome asiento en una pequeña mesita, junto a un ventanal soleado, sin decir palabra. El perro vuelve a tumbarse a sus pies y mira con cara de advertencia al becario, que ha obedecido y se ha sentado en la mesa. Terrazas lo hace en una silla.
-Ustedes dirán, aunque yo no veo mayor interés a lo que tenga que decirles –empieza diciendo en un castellano casi perfecto-.

-No si… En realidad es por la presión de los lectores –se excusa el becario-.
-Usted debe pensarse que me chupo el dedo. Esto es porque su jefe, ese Kilgore, es un bocazas y prometió entrevistarme -le espeta sorprendentemente Terrazas-.
-No se puede decir que sea mi jefe… La verdad es que pago por trabajar. Él dice que es dinero bien empleado.
-Ummmm... Todo en la vida cuesta trabajo –dice mientras anota la idea a hurtadillas en una libreta-.
-Si no le importa, empezaré por las preguntas que ha enviado un lector anónimo de Dporvida.
-Me da igual por dónde empiece usted –afirma secamente-. Pero acabe pronto que tengo que tomar mi baño.
-Explique su ideario futbolístico. ¿Por qué tiene fama de amarrategui?
-No es culpa mía que un 1-0 valga los mismos puntos que un 5-0. Pero también le digo que esa fama es inmerecida. Siempre me han gustado mucho los futbolistas finos, de toque, como Gattuso, Terry, Metzelder, Iván Campo, Arteche, Andoni Goicoetxea, Migueli, Lucio...
-¿Cuál es el secreto para jugar play off en casi todos los equipos?
-Consiste en quedar entre los cuatro primeros.
-¿Cree que sirve de algo gritarle cosas a los jugadores durante el partido?
-No, pero si no grito me aburro. ¿Ha visto un partido alguna vez desde un banquillo?
-¿Cómo celebraría el ascenso a Segunda?
-Querrá decir usted que cómo lo celebraré. Me vestiré de alcarreña y me beberé un chupito de orujo. Todavía no sé en qué orden lo haré.
-¿Un chupito? Vaya fiestón...
-Créame amigo, con mi constitución física no querrá estar usted cerca cuando me lo haya tomado.
-¿Es usted del mismo Bilbao?
-Si fuese de otra parte jamás lo confesaría. Nací en el círculo central de San Mamés, durante un partido contra la Real Sociedad. Jodíos guiputxis, bien que nos ganaron aquel día -murmura-.
-¿Por qué a los vascos les gusta tanto el patadón?
-Porque es lo más bonito del fútbol. Donde esté un balón volando a veinte metros del suelo, un objeto redondo y sin alas, no se pone ninguna otra cosa. Cuando el patadón es en una espinilla tampoco nos desagrada del todo.
-¿Qué opina de Javier Clemente?
-Demasiado alegre en su juego. Con decirle que era de Barakaldo…
-¿No era de Zamora?
-Lo mismo da. Una vez que estás fuera de Bilbao todo se parece mucho.
-Algunos aficionados se meten mucho con su vestimenta ¿A qué cree que se debe?
-A que no saben apreciar el buen gusto. Todos mis trajes son de Armani.
-¿De verdad?
-No sé ni cómo lo duda. ¿Es que no ha visto cómo me quedan? Me llevo bien con Giorgio. Me los envía cuando él ya no se los pone.
-Pero Armani suele usar calcetines blancos…
-Esos no me los manda. Es un obseso de la higiene.
-¿Por qué no saca a Cuesta y a Míchel?
-Sí los saco. De momento los he sacado del césped ¿Qué más quieren ustedes?
-Quiero decir que por qué no los mete?
-Los he metido en la grada. ¿En qué quedamos?
-¿Le ha sorprendido Nico?
-Sí. Creí que era más alto cuando vi lo cromos de Segunda B que daba un periódico de Murcia.
-¿Y Juanjo?
-También me ha sorprendido. Siempre pensé que tenía las orejas más desabrochadas.
-¿Qué le parece el comportamiento del Escartín?
-Regular. De momento sólo se ha caído una grada. Espero que las demás aguanten. Tanta mugre asusta, no se crea. Hasta para uno de Bilbao.
-Mourinho la prefiere larga y Guardiola corta ¿Cómo le gusta a usted la hierba?
-Nunca antes de las tres de la madrugada. Jamás mezclada con cubatas y siempre, siempre, siempre habiendo cenado antes.
-¿Le agrada que la afición viaje con el equipo?
-No. Iríamos demasiado apretados en el autobús. Prefiero que viajen a su aire. Como mucho en el maletero.
-¿Qué teme usted más, las lesiones o las tarjetas amarillas?
-Haga el favor de no mencionar ese color en mi presencia.
-¿Seguirá usted en el Dépor la temporada próxima?
-Eso depende del Chelsea, aunque si ascendemos a Primera…
-Querrá decir a Segunda…
-Bueno. Aún quedan muchos partidos. Ya veremos. Dije que venía a ascender, pero no dije a qué categoría.
-¿Es usted tan calculador como parece?
-(Dirigiéndose al mayordomo): ¡prepárame el baño, Sato. Lo quiero a 37,3 grados Celsius para dentro de 11 minutos y 23 segundos! ¿Cuál era la pregunta?
-Es igual –replica el becario-. ¿Cómo vigila usted a todos los rivales?¿Se sirve de Internet?
-¡Quieto ahí, amigo! ¡Yo no soy ningún pervertido!
-Hay quien sugiere que es usted mala persona...
-Dígame quién y no vivirá para contarlo.
-¿Por qué se fue de Jaén?
-Porque los olivos daban aceitunas sin antxoas.
-¿Le gusta Guadalajara?
-Me gusta la parte moderna: el Infantado, San Ginés y tal. Y los bares de la calle Mayor.
-Pero si apenas hay.
-Por eso me gustan. Yo no soy de ir a los bares porque luego me huelen los trajes a humo y en el tinte encogen... (Se queda pensando unos segundos). Igual empiezo a ir a los bares.
-¡Si ya no se puede fumar en ellos!
-Joder. Este Adolfo Suárez está en todo.
-Ejem… No gobierna él…
-Ya. Y Chechu Rojo se ha retirado, no te jode. Los jóvenes se creen que vivimos en la inopia porque no tengamos tocadiscos.
-En fin. ¿Piensa reforzar el equipo?
-No. Con lo que hay es suficiente. Es más, me sobran cinco o seis para ascender y otros dos más para jugar la próxima temporada en las ligas mayores.
-Entonces se quedaría usted con un equipo de fútbol sala…
-¿Y qué? Ya dice Helenio Herrera que se juega mejor con diez.
-Helenio Herrera murió hace casi 14 años.
-Ja, ja, ja, ja. ¡Tiene usted su gracia!
-¿Le queda algo que moldear en el equipo?
-Mi idea es que Jorge juegue de media punta para taponar mejor por el centro. Todo se andará.
-¿Se puede saber cuánto cobra?
-Naturalmente que se puede saber.
-O sea...
-Que sí, que se puede saber. Tengo aquí el contrato –muestra un folio amarillento escrito con letras emborronadas en papel calca y con un dibujo a mano del escudo del Dépor en una de las esquinas, pero no lo enseña-. En lo que cobro va incluido el usufructo de esta casa ¿sabe?
-¿Y el mayordomo?
-No. Él es de mi propiedad. Era lateral mío en Lezama y le aposté su libertad a que arreglaba el caos que montó Liñero aquí en Guadalajara.
-Y perdió –dice el becario pensando que le podía haber invitado a comer y ya está-.
-¿Se apuesta usted la suya a que ascendemos? Me hace falta un cocinero. Odio el puto sushi de los cojones. Sabe a angulas de colector.
-Bueno… Yo… -se excusa como puede el becario-.
-¡Que no hay huevos, ea!
-Es que usted es capaz de cualquier cosa, señor Terrazas.
-No lo sabe usted bien. ¡Satooooooo! Prepara el baño para dos.

MUY PERSONAL

-Tiene usted fama de ser parco en palabras...
-Sí.
-¿Qué coche tiene?
-Un Seat 1.500... De vez en cuando me doy un caprichito. Je, je.
-¿Es usted casado?
-Felizmente casado -apostilla-.
-¿Qué opina su mujer de su profesión?
-No lo sé. Me abandonó hace diez años.
-¿Román o Valerio?
-No controlo mucho a los jugadores del Mirandés.
-¿Es usted un friki del fútbol?
-En absoluto.
-Dígame un entrenador que le guste.
-Janos Csank, del Zalaegerszegi húngaro o Vardan Minasyan, del Pyunik armenio.
-Un libro de cabecera.
-Cualquiera de la primera etapa de Soren Kierkegaard.
-¿Duerme bien?
-Como un niño: suelo llorar sin motivo a eso de las cuatro y me orino varias veces encima.
-¿Cuál es su lema?
-"Si lo puedes arreglar a ostias, no pierdas el tiempo discutiendo".

1 comentario: