miércoles, 2 de noviembre de 2011

Clones. El insuperable parecido de Gaffoor

Como lo prometido es deuda, regresamos en esta sección con un parecido tan asombroso que prácticamente hablamos de la misma apariencia humana. Aunque las distintas edades modifiquen ligeramente los rasgos, el doble de Gaffoor es un auténtico hermano gemelo del central francés. Tanto que estoy barajando la idea de no seguir buscando el de ningún jugador más porque este es insuperable, EL DEFINITIVO. Preparad el reanimador cardiopulmonar de bolsillo que comprasteis por 49,95 en la Teletienda antes de abrir el enlace porque se os va a parar el carburador al verlos juntos.



Miradlos bien porque difícilmente tendréis ocasión de encontrar diferencias entre dos gotas de agua a simple vista. Por si a alguno le flaquea la memoria, Juan José Cortés es el padre de Mari Luz, la niña de cinco años que fue asesinada en Huelva a principios de 2008 por un hijo de p. cuyo nombre no voy a mencionar aquí porque no merece ni el aire que respira.

Realmente nos encontramos ante similitudes extraordinarias en forma de la cabeza, pelo, labios, color de piel, cejas, pómulos y ojos, con alguna mínima diferencia en la curvatura de la nariz, algo más aguileña en el futbolista fgansés del Dépog. Mirad las orejas, por dios. Los lóbulos de ambos están hechos con el mismo molde. Es un caso claro de duplicación de persona digna de "Los sustitutos" (Jonathan Mostow, 2009), película futurista en la que Bruce Willis se niega a vivir la vida a través de un robot con su mismo aspecto, una práctica habitual en la época de dentro de unos años, cuando nuestros teléfonos móviles harán el amor por nosotros y Movistar nos facturará erróneamente diez cópulas en lugar de las cinco de rigor.

Hay otros títulos cinematográficos que os pueden ayudar a comprender la increíble analogía física entre Gaffoor y su clon. Una de las más recomendables es "Terminator 2" (James Cameron, 1991), en la que un viajero temporal fabricado en una aleación maleable -que espero prueben un día en los paragolpes y aletas de los coches- interpretado por el hierático Robert Patrick, toma la forma de diversos personajes para intentar cumplimentar su misión: acabar con un adolescente, potencial disidente de algo parecido al 15-M del futuro.

Esta técnica denominada "morphing" revolucionó los efectos especiales entonces e impactó tanto o más que la teta de la cantante Sabrina Salerno en un especial de nochevieja a finales de los 80 y que a su vez guardaba un gran parecido con un afamado queso gallego (el seno, no Sabrina). Todavía persisten las discusiones sobre si fue antes el huevo o la gallina, ya que Michael Jackson la utilizó (la técnica, no a Sabrina) unos meses después del estreno de la película en su videoclip "Black or white". ¿Por qué cuento todo esto? Porque estoy algo nostálgico. También es cierto es que Jackson empleó muchas veces después el "morphing" sin éxito, concretamente en el quirófano de su cirujano plástico. O con éxito, según se mire, ya que quizá sólo quiso parecerse a una calavera mariquita lavada con lejía y con una fregona en la cabeza.

En la tercera entrega de Terminator (2003), precisamente dirigida por Mostow y mucho menos interesante que la anterior, es una rubia maciza y algo patizamba, Kristanna Loken, la que adopta la habilidad transmutadora, sacándose constantemente poderosas armas de sus sensuales manos con munición de combate y todo (armas. De pegar tiros. Olvidaos ya de Sabrina, joder). Una aberración lo de emplear semejantes apéndices (las manos, no los senos) en esos menesteres. Cosas del cine.

De los muchos ejemplos disponibles en el cine de suplantación física me quedo con "A pleno sol" (René Clement, 1960), basado en la novela "El talento de Ripley", de Patricia Highsmith, de la que se hizo un aceptable remake en 1999. En ella, Alain Delon se hace pasar por un amigo millonario al que previamente asesina con el loable propósito de vivir bien sin dar golpe, cosa muy loable por otra parte. Una de mis 20 películas favoritas de todos los tiempos, aunque tiene un fallo que no se habría producido si me hubiesen podido consultar previamente: que Maurice Ronet (el rico play boy asesinado) y Alain Delon (el pobre play boy ejecutor) se parecen como un azadón a una tele de plasma.

Casi 40 años después, tampoco acertaron en el casting: Matt Damon y Jude Law. Y esta vez yo ya había nacido para haberlo reparado por un par de miserables millones de dólares. Ellos se lo pierden. No hay más que ver el parecido de Gaffoor con Cortés para constatar "El talento de Kilgore". Una vez más, gracias por anticipado por los múltiples envíos de whiski escocés añejo y jamón salmantino de bellota que voy a recibir.

1 comentario:

  1. Me estaba acordando del seno de Sabrina haciendo caso omiso de aquella especie de horroroso corpiño que intentaba, sin éxito, constreñir lo incostreñible, sujetar lo insujetable, frenar lo irrefrenable y aplacar lo inaplacable. Todo en vano, la impresionante teta de la italiana salió volando por los aires y nos alegró la nochevieja del 87 a los españolitos.
    Por cierto Kilgore, el parecido insuperable.

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