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| Foto original de Jaime López Jabonero |
Esta imagen (o parecida salvo por un pequeño "arreglillo") acaba de ganar el último concurso de fotografía que convoca Toroalcarria. La cosa no tendría mayor importancia, más allá de los mil euros que se ha llevado el autor del oportuno disparo, si no fuera porque el hombre protagonista de tan apurada situación guarda una increíble similitud con cierta persona muy vinculada al Deportivo Guadalajara. Aunque me arriesgo a que me reprochéis mi insistencia con el tema de los parecidos, al verla no he podido vencer la tentación. Ese hombre que no le pierde la cara al morlaco no es él, aunque cualquiera es el guapo que lo jura. De lo que no me cabe duda es de que quizá alguna vez, cuando le vamos a dar la paliza en fila india o en manada, se cambiaría gustosamente por el de la foto.
Se acaba de confirmar que sí, que el de la foto es D. Pablo Ramos. Las dudas acerca de si era o no Pablo no derivaban de su falta de aficiòn a los toros o incluso de su falta de valor para saltar a un festejo popular. La cosa es que nadie se creía que tuviera vida más allá del Pedro Escartín y sus alrededores. Pues precisamente ahí, en los aledaños del estadio morado es donde se ha tomado la instantánea. Parece ser que Pablo salía del campo después de una de sus jornadas de trabajo para el Club (72 horas seguidas y sin dormir) para estirar un poco las piernas llendo a por el periódico a la gasolinera situada a escasos metros. Que puta casualidad que el toro del encierro de Cabanillas se había escapado esa misma mañana, y a trote cochinero se acercó hasta el Escartín por la la de Torrelaguna. Las cosas de la vida...
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