Para Oya, un gladiador

Hay contratiempos que pueden hundir a un ser humano, que pueden casi con cualquiera. Pero no con gente como José Martínez Oya porque él es un gladiador y ellos dan todo lo que tienen hasta el final. Le hemos visto dejarse la piel en el césped hasta que no podía más, hasta entregar el último resuello que le quedaba en un partido de fútbol. Los gladiadores resisten, pelean estando heridos. Se levantan de la arena cuando caen y acaban la faena. Oya es de hierro y piedra. Por eso volverá a vestirse de morado este otoño, en Segunda División. Volverá al Escartín una tarde húmeda de domingo entre los vítores del Coliseo Arriacense. Nos romperemos las palmas y él se vaciará otra vez en el campo, como hace siempre. La gente como Oya se pone en pie tantas veces como cae y le planta cara a cualquier fiera por mucho que bufe. La gente como Oya hace que John Rambo parezca un Scout de acampada. Volverá pronto porque luchará como nunca. Luchará como siempre.