Sabio fanfarrón y sus cifras de campeón

Su Excelencia D. Carlos Terrazas en una de sus clases magistrales

A mí este tío me flipa. Sinceramente lo digo. Sólo hay que echar un vistazo a la noticia de Nueva Alcarria (link) para entender la fascinación que me provoca Su Excelencia Don Carlos Terrazas, futuro Hijo Predilecto de Guadalajara y poseedor de una próxima merecida estatua en el parque de la Concordia o lugar semejante. Va y repite que clasificarnos para el play off era fácil y que lo difícil es ascender. Así, tan natural. Claro que alguien le podría llamar ventajista ahora que el objetivo está cumplido. Pero no, porque lo dijo en rueda de prensa al llegar y no ha cesado de repetirlo desde octubre de 2010, cuando se hizo cargo de las riendas del Dépor. Y lo que es mejor, no ha parado hasta que no lo ha hecho, con la constancia de un reloj de arena. Grano a grano, como se hacen los graneros.


Los números le dan la razón sin ningún género de duda. Aunque perdió aquel primer partido en Getafe de primeros de octubre, el Dépor ha hecho en los 31 partidos con Terrazas cifras de campeón. Así de simple. Con su media de puntos durante una temporada ahora seríamos líderes con 76 (el Lugo lleva 72 y puede sumar un máximo de 75). Con Terrazas hemos jugado 31 partidos sumando 18 victorias, 8 empates y 5 derrotas, 55 goles a favor y 19 en contra.

Las medias son sencillamente espectaculares: un 58 % de victorias, un 25,8 % de empates y sólo un 16 % de derrotas. 1,77 goles de media a favor por partido y únicamente 0,6 en contra (ningún portero del grupo se aproxima ni de lejos a esta misérrima cifra de goles encajados). En resumen, 62 puntos; el 66,6 % de los puntos disputados. O lo que es lo mismo, exactamente la media inglesa (4 puntos cada dos partidos).

Ya advertí en entradas anteriores que Su Excelencia Don Carlos Terrazas no es de este planeta. Será de Ganimedes, de la constelación de Orión o alcanzó la Tierra por error al confundirle el GPS de su nave espacial. Pero no es de este planeta, insisto. Su control matemático de la situación asusta y no debería sorprendernos si se lo lleva no ya otro equipo, sino la NASA para que calcule su próximo lanzamiento desde Cabo Cañaveral.

El caso es que algunos aficionados nos advertían cuando llegó de que su juego era tedioso y resultadista. No seré yo quien confirme esa infamia. El partido de Pontevedra no sólo es la mayor goleada histórica del Dépor en Segunda B (jamás habíamos hecho una manita a nadie) sino la guinda a cinco jornadas seguidas de buen fútbol y muchos (19) goles a favor (3,8 por partido), nada que ver con ese cerocerismo que auguraban algunos foreros troleros e invidentes. Quizá es que Terrazas confiaba plenamente en la plantilla del Dépor y en otros clubes las tuvo bastante peores. De hecho confiaba mucho más que nosotros mismos, mediatizados por el desaliño táctico y estratégico, el desorden y la falta de criterio que imprimió al equipo Kike Liñero y su borrosa concepción futbolística.

Las diez últimas jornadas son la cosecha de un fútbol contundente atrás, en medio y delante, goleador y vistoso. 28 puntos de 30, pero además con la rotundidad del ejercito austrohúngaro: 30 goles a favor (3 de media), 4 goles en contra (me escupe la calculadora al ojo cuando lo divido: 0,4). Y todo con la misma plantilla y menos que dejó Liñero, entrenador que hizo una media de 1,3 puntos por partido anotando 0,8 goles y encajando la misma media.

Otra característica de la forma de ver el fútbol de Terrazas es la progresividad: el equipo ha llegado a su punto culminante cuando más se necesita. Cuando los demás van acusando la temporada nosotros parecemos invencibles, intratables, inasequibles para cualquier rival. Cabe dentro de lo posible que nos llevemos la sorpresa de nuestra vida y nos eliminen a las primeras de cambio del play off. Podría ser porque torres más altas han caído. Lo que sí podemos afirmar es que el Dépor está tan fuerte que sería difícil que eso sucediera. Eso ya es mucho. Tres hurras y un brindis por el Excelentísimo Señor Don Carlos Terrazas Sánchez, matemático y profesor, fanfarrón y sabio del fútbol, toda una Autoridad que ya ha hecho historia en esta ciudad.