martes, 25 de octubre de 2011

Las cuentas del fútbol tampoco salen


Nueva contribución de P.Locas, esta vez reflexionando sobre la contaminación que causa el vil metal en las turbulentas aguas del deporte rey. Gracias infinitas y tranquilo por mi parte, puesto que nunca cobrarás en dinero tu aportación a este blog, al menos no tanto como merece. Ya que el autor menciona en su artículo el programa de Quique Pastor, SER deportivos, aprovecho para agradecer al periodista Sergio Alberruche que mencionara ayer esta insignificante bitácora del Dépor a través de las ondas herzianas alcarreñas. Por si algún desconfiadillo duda de que esto sea cierto, ahí va el LINK.


Las cuentas del fútbol tampoco salen
By P.Locas

Como todos los lunes venía camino del trabajo escuchando el programa de Quique Pastor en la SER. Aunque he cogido el coloquio futbolero casi al final, sí me ha dado tiempo a escuchar el tema que se debatía en ese momento: los dineros del fútbol. Y es que parece ser que en este ámbito, como en el resto de la vida del planeta, las cuentas no salen. Pero no es esto lo peor. Que las cuentas no salgan hoy en día es lo que toca. Es lo normal. El problema es lo que ha sucedido en los tiempos de bonanza. Como en otros sectores que todos tenemos en la cabeza y que no voy a mencionar para no ofender a nadie (bancos, inmobiliarias, consultorías, etc, etc, etc.), el dinero se ha dilapidado como si en lugar de “pasta”, fuera agua de fregar. Así nos ha ido. Así nos va.

El caso es que resulta que lo que hace cuatro o cinco años costaba 40, 50 ó 60 millones de Euros, ahora no cuesta ni la mitad de la mitad. De repente se pueden confeccionar plantillas con cuatro perras y ¡oh, sorpresa! pueden ser hasta competitivas (el Levante líder de 1ª con el presupuesto más bajo, el Sabadell y nuestro Dpor, 2º y 3º respectivamente de la liga Adelante, …). Joder cómo ha cambiado el cuento. Me llaman poderosamente la atención dos cuestiones que no le pasarían desapercibidas ni al mismísimo Patricio Estrella, el inseparable y genialmente torpe amigo de Bob Esponja, a saber:

1.- Las cosas en el fútbol no valían ni un 30% de lo que costaban, y
2.- El dinero es muy importante pero en el deporte hacen falta más cosas para conseguir (casi garantizar) el éxito.

El mejor ejemplo de lo segundo, y lo digo lleno de orgullo y satisfacción, es nuestro queridísimo CLUB DEPORTIVO GUADALAJARA. Estamos en los puestos altos de la tabla y desde atrás nos miran equipos como el Deportivo de la Coruña, el Almería, El Celta, El Valladolid,… La diferencia en presupuestos con estos clubes de campanillas es abismal. Si miramos los nombres que componen buena parte de estas plantillas encontramos un sinfín de jugadores que han militado hasta hace cuatro días en primera división. Todo ello ha sido conseguido a disparatados golpes de talonario y sin embargo ahí están, como nosotros, en la Liga Adelante y con menos puntos en la tabla.

¿Qué falla en una ecuación que, según la mayoría de los responsables y chupópteros varios que rodean y viven de este mundillo, debería ser matemática pura? Es muy simple, fallan los factores que el dinero no puede controlar (e incluso diría que no puede influir) como el compromiso, la entrega, la identificación con los colores y algo fundamental, lo que Hannibal Lecter denominaba el “quid pro quo” y que yo llamo devolver al Club la Fe depositada (no se trata de la confianza en el futbolista que se compra cuando se firma el típico contrato profesional).

Hablo de fe porque ese es el caso de nuestro Depor. Mantener el 80% de la plantilla que nos ha llevado al ascenso es tener fe. Hacer caso de las peticiones del Míster para completar esa plantilla con fichajes “sin nombre” y con un marcado perfil de sacrificio y espíritu de equipo, es tener fe. Con esos mimbres es mucho más sencillo hacer el cesto de los buenos resultados y obtener de los futbolistas en los que se ha creído a pies juntillas la respuesta que, domingo a domingo (esto es un decir), están dando.

Me alegro mucho de que el dinero no lo pueda comprar todo. Me duele mucho que este puto país se haya instalado durante tanto tiempo en el trono de la opulencia y la “malversación” de fondos (y no lo digo metafóricamente). Ojalá nunca hubiera ocurrido. Ojalá hubiéramos sido capaces de mantener la herencia que nuestros padres y abuelos nos dejaron a la mayoría: humildad, trabajo y saber valorar lo poco o mucho (normalmente poco) que uno tiene.

Otro gallo nos hubiera cantado, y con total seguridad las cuentas del fútbol y las de la vida en general, nos hubieran salido como manda el Plan General Contable: cuadradas. Espero que cunda el ejemplo del CLUB DEPORTIVO GUADALAJARA y que de una vez por todas se deje de lado el fútbol especulativo (en lo económico) y se imponga el fútbol deporte, ese que nunca debió casi desaparecer. Ese que hará que esto deje de ser un negocio y vuelva a ser pasión de masas. Si no es así acabaremos por cargárnoslo, como tantas otras cosas. Y eso, amigos, será una pena.

1 comentario:

  1. Coronel, no tienes nada que agradecerme. Si por mi fuera, esta bitácora tendría un espacio obligado en cualquier medio de comunicación de cualquier lugar del mundo. Iría a cualquier misión con usted, ya lo sabe.

    Un abrazo.

    Sergio Alberruche.

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