El Euro y el Dpor

P.Locas regresa en un plazo récord tras la última de sus colaboraciones. Lo hace muy cabreado, aunque también muy centrado en los temas propios de este blog (liga BBVA y tal). Yo me siento incapaz de resumir sus palabras, pero deduzco que no le gusta el yogur griego.

El Euro y el Dpor

by P.Locas

Ahora nos dicen los líderes europeos (Sarkozy-Merkel, que los demás no pintan una mierda), que tenemos que perdonarle a Grecia la mitad de la deuda, que tenemos que poner más pasta para garantizar la estabilidad del Euro y que nuestros bancos necesitan mayor capitalización (cosa de poco, unos 26.000 millones de Euros). Analicemos las tres medidas que en palabras del pequeño Nicolás no sólo salvan la economía europea sino también la de todo el planeta:

1.- Quita del 50% de la deuda griega: esta medida se toma después de a) reconocer que los griegos mintieron sobre los requisitos que se les exigieron para entrar en el euro, b) haberles soltado más de cien mil millones de euros para que no quebrasen c) haberse gastado estos mismos griegos, y no otros, la mayor parte de estos millones sin avances significativos y d) seguir necesitando estos mismos griegos, y no otros, pasta para aburrir pues están igual de cerca o más del crack definitivo de su economía. Conclusión: o los líderes europeos y sus asesores no tienen ni puta idea de Economía (sea macro, micro, de escalas o de andar por casa), o se creen que todos somos unos gilipollas de matrícula de honor “cum laude”.

2.- Incremento del fondo de estabilidad europeo, hasta hacer que alcance el BILLÓN DE EUROS: así se garantiza la integridad de la moneda única (no sé porqué se la llama así si cada vez hay más países que ni la tienen ni la quieren), y se pueden contrarrestar mejor los ataques especulativos a las diferentes economías que conforman la Unión Económica. Vamos, que para que se mantenga el chiringuito que unos cuantos “listos” han ido perfilando a lo largo de estos años lo que hacen esos mismos listos es “lanzar ataques especulativos” a economías débiles, para de esa manera justificar que “entre todos” se ponga más pasta para que el círculo se cierre y no se acabe nunca el mamoneo. El problema es que la pasta la ponemos entre todos, es decir, los ciudadanos de a pie, sobre todo los que pertenecemos a las sociedades de los países cuyas economías se ven “agredidas”. ¡¡De traca!!

3.- Mayor capitalización de la banca. España se alza al segundo puesto de este ranking con 26.000 millones de Euros, SÓLO SUPERADA POR GRECIA. Esta medida es ya para nota. O sea, que los mismos bancos que han estado llenando la saca a espuertas durante los “años de bonanza” (no me refiero a la famosa serie de cowboys que tuve la suerte de ver en mi niñez), y que han ganado trillones de Euros, ahora resulta que no tienen pasta suficiente para garantizar su viabilidad, de modo que se hace necesario que aumenten su capital y por tanto que en el corto y medio plazo dediquen menos dinero (parecía imposible) a lo que realmente es, o debería ser, su negocio, es decir, prestar dinero a Pymes, autónomos y ciudadanos. Y es que estamos donde estamos porque durante años estos mismos bancos se han dedicado a un negocio distinto pero mucho más lucrativo para ellos: la especulación inmobiliaria. ¡¡Alucinante!!

Tras este análisis de andar por casa, realizado por un tipo como yo al que la economía siempre le ha sonado a chino (pueblo milenario y que en breve será el amo del mundo, porque tiene pasta para regalar), y que cuando se acerca a una calculadora se produce un rechazo mutuo similar al de los polos de igual signo de un imán, he llegado a ver la realidad oculta tras toda esta gran pantomima: todo sigue y seguirá igual. Mandarán los mismos de siempre y se reirán de la fiesta igual que siempre. Pagaremos los de siempre. Se harán más ricos los de siempre.

No quiero despedirme sin explicar por qué he titulado esta colaboración “El Euro y el Dpor”. Es muy simple, se trataba de establecer algún vínculo con nuestro amado CD Guadalajara que permitiera a Kilgore colgarla en su blog. No se me ha ocurrido nada mejor, qué le vamos a hacer.