jueves, 9 de diciembre de 2010

CLONES. Tercera entrega. Hoy: Antonio Moreno

Seguimos buscando dobles para nuestros futbolistas por si fuera necesario emplearlos en caso de sanción o lesión. Hoy le toca a Antonio Moreno, elegido por amplia mayoría el mejor del Dépor contra un Celta B que se llevó los tres puntos del Escartín porque fue más eficaz, porque alguien dejó nuestro barril de pólvora almacenado junto al río y porque Terrazas les tiene más miedo a las expulsiones que los concursantes de Gran Hermano. El lateral derecho morado cumplió con nota, secando y desesperando al temible Kech o Ikechi, un escocés oscuro como el whisky de más de 12 años que pronto veremos en más ambiciosas empresas futbolísticas.



ANTONIO MORENO - ADRIEN BRODY

Antonio Moreno Sánchez tiene matrícula de Puerto Real (Cádiz) pero no nació allí, lo que viene a confirmar de los gaditanos algo que ya sabíamos de los bilbaínos, que nacen donde les sale de los cojones, pisha. Que yo sepa, Antonio Moreno es, junto a Núñez y Míchel, el único jugador del actual Dépor que ha debutado en primera división. Astuto, rápido, teatral y pegajoso como una sanguijuela sedienta, nuestro lateral derecho coincide con Brody en que puede ser un dechado de talento en circunstancias adversas ("El pianista") o morir tontamente de una cornada al entrar a matar ("Manolete").

Al igual que su clon el actor judío neoyorquino también es capaz de jugar continuamente por "La delgada línea roja" o ganar el Óscar al mejor actor por una de sus interpretaciones, tan naturales que a veces parecen rodajas de la vida misma, cuando el reloj no corre y el Dépor va ganando. Quizá porque en su fugaz historia en primera división también había un lento reloj de arena por medio.

El domingo tuvo una de esas tardes de gloria contra un miura que no le rozó siquiera con sus afilados pitones, una de esas tardes que no se olvidan. Tampoco se le olvidará la tarde del domingo 12 de marzo de 2006 (día de la beata Ángela Salawa de Cracovia o de San Elpegio) a eso de las nueve menos diez, el único minuto del único día de su vida que jugó en primera contra el Racing de Santander en el Calderón en la jornada 27, cuando salió por Fernando Torres en el minuto 94 para perder tiempo y amarrar el 2-1 del marcador con Pepe Murcia en el banquillo, el entrenador que enderezó un poco la mala temporada iniciada por el argentino Carlos Bianchi.

De esa manera debutó Antonio Moreno en la elite. Un minuto de gloria que pocos alcanzan, un minuto en el que nada pudo demostrar porque los rojiblancos sólo esperaban que pitara el árbitro. Aquel día tocó el piano ante 45.000 gargantas colchoneras más pendientes del reloj que del césped, pendientes de esa cornada inesperada que tan a menudo recibe el club de la ribera del Manzanares. El Atleti acabó octavo aquella jornada. Miraba a Europa, aunque al final sería décimo en el páramo de la aburrida media tabla. Después contrató al mexicano Aguirre y Antonio Moreno perdió a su mentor, al entrenador que hubiera podido darle continuidad a sus 23 años porque le conocía y apreciaba de la cantera colchonera.

Murcia se marchó al Xerez, a Segunda, donde no acabaría una temporada en la que fue líder durante muchas de las primeras jornadas. Antonio Moreno al Mérida, un piso más abajo, en el rellano de la Segunda B, desde el que después llegó al Guadalajara recién ascendido y al que regresó después de una temporada (2008-2009) en la Cultural Leonesa.

Aquel rato en el Calderón es una anécdota para sus nietos, una pequeña gran muesca en el revólver de un jugador que aprendes a valorar cuando es de los tuyos y odias cuando juega para el equipo contrario. Porque Antonio Moreno tiene grandes dotes interpretativas y hábiles dedos para manejar los botones del reloj... o las teclas del piano del fútbol, cuando se propone a sí mismo demostrar que el minuto en primera debió durar más. Como hizo contra el Celta B el domingo.

1 comentario:

  1. Pues es precisamente el tipo de jugador que necesitamos ahora que las cosas están malitas. Un tipo imprescindible porque sabe muy bien de qué va esta vaina del fútbol. Ojalá hubiera más Antonios Morenos en el equipo (por lo menos cuatro o cinco), pues en tal caso estoy seguro de que estaríamos arriba luchando por lo que merecemos. Por eso desde estas líneas agradezco al Sr. Moreno los servicios prestados a nuestro club. Le pido que lo siga haciendo esta temporada como contra el Celta B, porque necesitamos su conocimiento del juego, su entrega incondicional y sus "dotes dramáticas", ahora más que nunca. Por si fuera poco, opino que lo de jugar en primera, aunque solo sea un minuto, es como montar en bici, que nunca se olvida...

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