Porque no se trata de a quién deja en el banquillo, sino de quién prescinde. A la dureza propia de una elección de ese tipo, se une la dificultad de escoger bien, puesto que los tres han tenido sus momentos. Sanmiguel porque ha adquirido galones durante su prolongada estancia en el equipo y porque llevaba doce jornadas en la portería (menos los minutos que se puso Cerrudo en el desgraciado partido contra el Alcalá de la jornada 5) con una eficacia contrastada, Núñez porque tiene un historial y una calidad que nadie le ha regalado y porque la temporada pasada, con muchos minutos acumulados sin encajar, fue titular indiscutible. El debutante porque el domingo se presentó a cenar sin avisar.
Saizar, que ya dejó muy buenas sensaciones contra el Rayo Vallecano en el Trofeo Alcarria que el Dépor empató a cero y perdió a penaltis, realizó una exhibición de juego en Valdebebas. Se mostró rápido, habilidoso con los pies, seguro en las salidas y con unos reflejos encomiables, plenamente mostrados en una venenosa falta lanzada por Sarabia a los pocos minutos del legendario gol de Cuesta. En otras condiciones, la hinchada y Faemino nos mostraríamos alegres por recibir a un portero que ha pasado por la sensacional escuela de la Real Sociedad y que demostró una gran templanza en su primer partido oficial.
Carisma, currículum y juventud
A muchos aficionados nos sigue costando trabajo hacernos a la idea de que Sanmiguel puede ser el sacrificado. Forma parte del triunvirato superviviente del ascenso (junto a Jorge e Iván) y ha sabido ganarse a un voluminoso sector de la afición con su carisma y buen trato en la calle. La lesión de Núñez le puso delante una dura prueba que en líneas generales ha superado, tanto es así que figura en los primeros puestos del Zamora del grupo I (3º con 9 goles encajados en 12 partidos detrás de Falcón -Leganés- y Sergio -Celta B-).
Nos engañaríamos si creyéramos que Sanmi es el mismo de hace unas temporadas. Aunque 32 años no son demasiados para un portero, últimamente se le han visto algunas carencias que a un sector de la grada nos quitan temporalmente el aliento, quizá porque se acentúan más debido a su gran estatura. Terrazas calla como el caballero que aparenta ser, pero también lo sabe. Todo ello sin omitir que el valenciano paró un penalti contra el Atlético B que valió un punto y que ha hecho algunas paradas de gran mérito en otros partidos que posiblemente hayan terminado sumando muchos más.
El regreso del también veterano Núñez nos permitirá deducir qué tiene Terrazas en la cabeza aparte de su espeso cabello cenizo de Geyperman. Hay que tener en cuenta que Faemino no ha podido chequear al uruguayo. De los tres, parte con la desventaja de no haber podido jugar ni entrenar con el actual entrenador del Dépor. Su edad también le penaliza. Su ficha seguramente también. Su clase y su currículum son sus avales.
El tercero en discordia, Mikel Saizar, tiene sólo 27 años y es, de los tres, el que mejor juega al pie por lo visto el domingo, una cualidad nada despreciable en el fútbol actual porque concede una gama de jugadas más variada y porque atenúa la eficacia del rival cuando presiona desde arriba.
Mi opinión es que Terrazas seguirá examinando a Saizar durante más tiempo. Y lo hará porque es, de los tres, el que más futuro tiene, lo que obliga al entrenador a incluirle en el dúo final siempre que no le demuestre lo contrario con errores de bulto. El domingo, el guipuzcoano pasó la primera prueba con buena calificación contra un rival habilidoso y veloz por raso, con gente peligrosa por vía aérea, como Morata, y con buenos lanzadores como Sarabia.
Le queda confirmarse en el Escartín. Pero también ir cogiendo una sincronía lo más precisa posible con una defensa en la que falta Jorge porque... podría ser el portero titular del Dépor durante lo que queda de temporada. ¿Es un soplo?¿Es imaginación?¿Es intuición? No. Es deducción.
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